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domingo, 7 de septiembre de 2008

Un manto de ramas cubre el cielo de Segorbe



La popular Enramada abre el camino para los actos taurinos con la Entrada de Toros y Caballos

La pereza de los recién salidos del lecho y la falta de sueño de los insomnes se mezclaron ayer en la tradicional Enramada de Segorbe, que hoy traspasa el ecuador de su fiestas patronales para sumergirse de lleno en la semana taurina. Durante los próximos días, vecinos y visitantes disfrutarán de la celebración diaria de la popular y multicolor Entrada de Toros y Caballos, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Los preparativos para celebrar la Entrada de Toros y Caballos y demás exhibiciones taurinas que la rodean comenzaron ayer poco antes de la medianoche, con el montaje de los entablados y esparcido de tierra de San Julián que habitualmente se echa en la calle de Colón y plaza de la Cueva Santa, para evitar que resbalen los toros y, por supuesto, los caballos.

Además, los stands de venta de la X Feria del Jamón y del Embutido Segorbino, que abre sus puertas hoy a las 13.00 horas, también empezaron a ser montados ayer en el jardín del Botánico Pau. Sin duda esta zona se convertirá en el punto de encuentro de muchos segorbinos.

La jornada dominical de ayer comenzó sobre las siete de la mañana con el disparo de bombas reales desde los dos cerros sobre los que se asienta Segorbe, los de Sopeña y San Blas, además de con un prolongado volteo general de campanas de los 12 colosos de bronce de la catedral-basílica.

Una "dulce" batalla

Posteriormente, tuvo lugar la tradicional Enramada por la calle de Colón y plazas de la Cueva Santa y del Obispo Ahedo. El acto atrajo hasta las mismas a más de 2.000 personas que, con sana y alegre codicia, se afanaron en recoger del suelo los caramelos lanzados al aire por los componentes de la Comisión de Toros, reinas, damas y cortes de honor, desde las grupas de las cuatro caballerías y 10 carruajes participantes.

La Enramada es una de las celebraciones más antiguas de la Comunitat Valenciana, aunque actualmente muy pocas poblaciones mantienen viva esta antigua costumbre valenciana que cubre de ramas las calles.

El estruendoso sonido de la mascletà disparada al medio día de ayer por la pirotecnia de Altura sorprendió y disipó por completo los sopores del sueño del insomne ánimo de los segorbinos, que enlazaron la pasada noche del sábado con la mañana del domingo con una prolongadísima verbena celebrada hasta las ocho de la mañana en el jardín del Botánico Pau.

Además, la pólvora volvió a ser anoche la principal protagonista de los festejos segorbinos, dentro de los cuales se celebró el III Festival Piromusical Fiestas de Segorbe, disparado desde la plaza de la Independencia y dedicado al Batallón del Campo Segorbino con motivo del bicentenario de la Guerra de la Independencia. El potente espectáculo no defraudó a los asistentes.

La semana de actos religiosos no podía concluir sin una ceremonia en el templo. Los segorbinos también celebraron ayer una solemne misa pontifical en la catedral-basílica y una multitudinaria procesión a la que sólo asisten hombres, a excepción hecha de las reinas mayor e infantil, damas y cortes de honor y la Asociación de Doncella Segorbinas que, durante todo el año, se ocupa del cuidado y arreglo de la imagen de la Virgen de la Cueva Santa.


Manteles con la Entrada

Por otro lado, la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Segorbe y el Patronato Provincial de Turismo han elaborado 50.000 manteles desechables con la imagen de la Entrada de Toros y Caballos para ser utilizados, tanto en la Feria del Jamón y Embutido Artesano, como en todos aquellos bares y restaurantes de Segorbe y de la comarca que estén interesados. También se realizará un reparto en restaurantes de la provincia de Castellón y Valencia.

Las fiestas patronales de Segorbe llegan a su cenit a partir de hoy con los actos que la han hecho internacionalmente conocida. La Entrada de Toros y Caballos es un espectáculo vibrante donde astados y caballistas corren al unísono en una veloz carrera en la que las barreras del recorrido son los cuerpos de los propios espectadores.

Fuente: "Las Provincias de Castellón"

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