Quedan muy pocas personas dedicadas a esta labor tradicional, quizá el Tío Salvador de Soneja era consciente de que cuando él lo dejara, se perdería este trabajo, quedando solamente como muestra aquellas obras a las que él con tanto orgullo hizo. Pero también quedó el interés de Alfonso, que de joven pasaba horas observando a su maestro como trabajaba y, así, adquirió los conocimientos básicos del oficio.
Rodeados de collares para toros embolaos, para vacas, retrancas o cabezás disfrutan haciendo aparejos para sus caballos con las iniciales familiares o el nombre de Andrea, la hija de Ángel. Es un placer verlos trabajando el cuero, y como, en su pequeño taller casero, con unos materiales tan comunes como el cuero consiguen hacer una montura.
Proceso artesanal
De forma detallada cuentan los pasos que hay que seguir en este proceso totalmente artesanal: «dibujas en la piel con un patrón, para sacar las tiras de cuero; se sujeta con las pinzas mientras se cose con dos agujas, una que sube y otra que baja; antes se pasa la lerma, que es un punzón con forma de rombo y con los bordes cortados para que puedan cruzar las agujas; luego utilizaremos el levantador de flor o desbravador para sacar la línea recta por donde hemos de ir cosiendo». Se utiliza el hilo encerado para coser porque es más fuerte y corre más. Con el matacantos se recortan los hilos y los bordes que sobran y luego se adorna con chinchetas doradas, con forma de margaritas, de flor de lis...
Fuente: "Levante de Castellón"
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