Las excavaciones se han llevado a cabo siguiendo la normativa que fija la obligatoriedad de realizar prospecciones arqueológicas en las nuevas obras ejecutadas en el centro histórico. Lozano explicó que la actuación había dado como resultado el hallazgo de tres tumbas individuales con sus restos, aunque bastante deteriorados, y una tumba común con tres calaveras y otros huesos. Aunque no se han podido datar los restos, en el lugar se levantaba hasta finales del siglo XVIII la antigua ermita de San Miguel o de San Gil.
El arqueólogo destacó el interés que también ha despertado la existencia de un potente muro de unos 80 centímetros de grosor que podría ser una de las paredes del antiguo templo, construido extramuros de la ciudad medieval, junto al antiguo camino real de Aragón. El equipo ha solicitado una ampliación de la excavación de la totalidad del solar.
Fuente: El Periódico Mediterráneo
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