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sábado, 28 de junio de 2008

El vecino de Segorbe fingió su desaparición para hacer creer a la policía que lo habían asesinado


Sospechoso ingresa en la cárcel de Picassent, aunque niega su implicación en el crimen de la pareja

Una pareja desaparecida en Valencia en octubre de 2007, un plan urdido para entorpecer la investigación policial y un sospechoso entre rejas. La policía comienza a encajar las piezas del macabro rompecabezas.

El vecino de Segorbe detenido por su presunta implicación en el asesinato de un hombre y una mujer en Valencia ingresó el viernes en la prisión de Picassent por orden del juez que instruye el caso.

Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, Iván Sánchez Moro, de 40 años de edad, planeó su extraña desaparición el día 1 de enero de este año para hacer creer a la policía que lo habían asesinado.

El misterioso hombre, un aficionado a las excursiones por rutas y caminos forestales, se marchó con su bicicleta para recorrer la vía verde de los Ojos Negros. Al menos, eso es lo que Iván dijo a su esposa antes de partir.

El individuo se llevó su carnet de identidad, un botellín de agua y su móvil. Nada hacía presagiar que se iba a esfumar sin dejar rastro. Poco después de la extraña desaparición de Iván, su teléfono ya estaba apagado o fuera de cobertura, algo normal en algunas zonas rurales.

Los numerosos efectivos que trabajaron en la búsqueda del vecino de Segorbe, con un despliegue sin precedentes en la provincia de Castellón, no encontraron la bicicleta ni ninguna pista después de rastrear la zona de forma minuciosa y en repetidas ocasiones.

Los perros del Grupo Cinológico de la Guardia Civil de Castellón apenas siguieron el rastro del desaparecido hasta la puerta de su vivienda en la calle Angastó de Segorbe, donde pasó las últimas horas del año con su familia.

El plan de Iván había funcionado. La falta de pistas sobre su paradero alimentó toda clase de especulaciones. Algunos pensaban que podría estar muerto tras sufrir un accidente, otros creían que había sido asesinado por una organización criminal en un ajuste de cuentas y muy pocos sospechaban que se trataba de un farsa. Y es que Iván, guardia de seguridad de profesión, natural de Bilbao y de complexión fuerte, no era trigo limpio.

La policía estaba investigando a este individuo por su presunta implicación en el asesinato de una pareja en Valencia. Según informaron fuentes jurídicas, el vecino de Segorbe mantenía desavenencias con las víctimas: una mujer rumana y su compañero sentimental de nacionalidad española.

Un asunto de drogas parece ser que desencadenó el doble crimen. La pareja, que residía en Valencia, desapareció en octubre de 2007 sin dejar rastro. La policía centró las primeras indagaciones del caso en Iván tras averiguar que había mantenido contactos con las dos personas desaparecidas.

Después de una ardua investigación, los agentes del Grupo de Homicicios de Valencia llegaron a la conclusión de que la pareja había sido asesinada. Los cadáveres nunca aparecieron, pero la Policía Científica encontró restos de sangre en la vivienda donde supuestamente tuvo lugar el doble crimen.

Interrogado varias veces

La policía interrogó varias veces al sospechoso, pero este siempre negó su implicación en los supuestos asesinatos. Días después, cuando desapareció el pasado 1 de enero, los agentes de-dujeron que la ausencia de Iván podría ser voluntaria y parte de un plan para entorpecer las investigaciones policiales. La prueba de que el vecino de Segorbe esconde algo en este turbio asunto es la documentación falsa que portaba cuando fue detenido el pasado martes en Bilbao.

Iván quería que la policía y más gente siguiera pensando que estaba muerto. Por ello, el sospechoso suplantó la identidad de otro hombre. Pero no engañó a los agentes del Grupo de Homicidios de Valencia, quienes localizaron al fugitivo en Bilbao y avisaron a sus colegas en esta ciudad para que lo arrestaran.

Tras ser trasladado a Valencia e interrogado nuevamente por la policía, Iván insistió en su inocencia. Sin embargo, el juez que instruye el caso decretó su ingreso en prisión al considerar que hay suficientes indicios para incriminarlo.


Fuente: "Las Provincias de Castellón"

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