Las discrepancias políticas que suelen separar a los grupos se ven acrecentadas en Segorbe por la serie de veladas acusaciones de ilegalidad y reproches personales lanzados periódicamente contra el equipo de gobierno por el partido republicano, lo que no hace más que enrarecer el ambiente y provocar enfrentamientos que rayan en lo personal.
El intento de mantenerse al margen, demagogia y reiteración de argumentos empleados en sus intervenciones por el PSPV tampoco ayudan mucho a serenar la tensión de las sesiones plenarias, en las que en numerosas ocasiones el tono de voz empleado por casi todos los concejales es demasiado elevado e impropio de la democracia.
Por su parte, el gobierno local, que frecuentemente recurre al comodín de la mayoría absoluta de la que disfruta, suele mantener una actitud autoritaria que no hace más que enardecer el ánimo de los ediles.
Para acabar con todo esto, los socialistas quieren que se redacte y apruebe un reglamento orgánico de régimen interior que regule el desarrollo e intervenciones de los concejales en los plenos y comisiones informativas.
El reglamento, según los socialistas, debería regular el estatuto de los concejales, la realización y funciones del pleno, el procedimiento de los acuerdos, los instrumentos de información, impulso y control de las intervenciones, la junta de portavoces, la comisiones informativas permanentes y no permanentes y la aprobación de los presupuestos municipales.
Además, el documento debería "especificar claramente lo que se conoce como disciplina de los concejales en el pleno, que es el uso de la palabra, las cuestiones de orden, intervenciones, alusiones, llamadas al orden y también las actas de los plenos", según manifestó ayer en rueda de prensa el portavoz socialista, Tomás Polo.
De esta forma, el PSPV trata de evitar lo que hoy por hoy sucede en los plenos. "Se cortan la palabra, no se da turno de replica y de duplica, no se llama la atención a los concejales que están alterando el pleno y los tiempos de intervención y las comisiones informativas no están reguladas" , lamentó Polo.
Piden más rigidez al alcalde
Por su parte, el concejal socialista Enrique Valdeolivas, aunque entiende que "no hay que echar la culpa de los alborotos a una persona en particular", aseguró que "lo que no se puede ni se debe consentir es que quien tiene la obligación de controlarlos no sea capaz de hacerlo", por lo que instó al alcalde del municipio, Rafael Calvo, a que "ceda la labor de presidencia a otro miembro de la corporación que sea capaz de mantener el orden y el respeto personal que un órgano parlamentario del nivel del Ayuntamiento necesita".
Asimismo, refiriéndose al primer edil, Valdeolivas afirmó que "algunos de sus concejales se mantienen absolutamente ajenos al debate y ocupados en conversaciones personales sin que se les llame la atención por parte de la presidencia". "Además, Calvo permite hacer cuantas interrupciones le vienen en gana sobre las intervenciones de los portavoces, incluso de los de su propio grupo, sin respetar la concesión de palabra".
"El grupo de concejales del equipo de gobierno tiene consentimiento para producir alborotos y bullas ante cualquier intervención de la oposición que les contraría sin que se llame al orden por parte de la presidencia. Y, lo peor de todo, es que el alcalde permite alterar el orden, vociferar, exaltarse, demostrar malos modos y no mantener el clima de respeto que es obligatorio dentro de una relación parlamentaria", matizó el edil socialista.
La convocatoria, funcionamiento y desarrollo de los plenos municipales celebrados por todos los municipios de España está regulada por la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local, si bien es cierto que algunas ciudades amplían, matizan y adaptan a sus necesidades la ley general. Este es el objetivo del PSPV, un nuevo reglamento regulador.
Fuente: "Las Provincias de Castellón"
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