Iván S. ingresó en la cárcel el pasado 27 de junio tras ser arrestado en Bilbao, de donde es natural, y donde se había refugiado tras fingir su desapareción de Segorbe, donde tenía fijada su residencia.
Una ausencia llena de incógnitas
Casado, de 44 años, guardia de seguridad, el rastro de Iván S. se diluyó el día de Año Nuevo de 2008. Salió de su casa, en Segorbe, a practicar cicloturismo por la vía de los Ojos Negros. Solía hacerlo en compañía de unos amigos. Pero aquel día marchó solo. Y no regresó. Su mujer denunció su desaparición. El pueblo entero se movilizó para encontrarle. Los servicios de emergencia organizaron un despliegue sin precedentes: Policía Local, Autonómica, Bomberos, Protección Civil, Guardia Civil, brigadas forestales, voluntarios... Se peinó la zona una y otra vez, pero la búsqueda no dio resultado. Ni rastro. La bicicleta no fue localizada y el móvil estaba desconectado o fuera de cobertura. Inicialmente se pensó en un accidente; pero para la Guardia Civil la hipótesis perdió peso enseguida. Sobre todo, cuando relacionó a Iván S. con las investigaciones que estaba llevando a cabo para aclarar el crimen, un par de meses atrás, de una pareja, un hombre español y una mujer rumana, cuyos cadáveres nunca aparecieron.
En la inspección ocular de la vivienda de la pareja en Valencia los agentes hallaron restos de sangre y alguna otra evidencia que les llevaron a presumir que la pareja había sido asesinada. Iván, que había tenido relaciones con las víctimas supuestamente por asuntos relacionados con el tráfico de droga, fue interrogado varias veces. La Guardia Civil no halló elementos suficientes para involucrarle. Hasta que dos meses después se supo de su desaparición.
Las sospechas en torno a él se dispararon, sobre todo, tras interrogar a familiares, amigos y otras personas de su entorno y saberse que no era la primera vez que Iván se ausentaba sin dejar rastro. Año y medio antes simuló una desaparición. Aquella vez lo hizo para ocultar una estancia en la cárcel por un asunto relacionado con el tráfico de drogas.
Los agentes descubrieron entonces que la ausencia de Iván S. era voluntaria, que se había marchado a Bilbao, su tierra natal, donde había adoptado una identidad falsa. Fue detenido el 23 de junio en Munguía. Los investigadores creen que fingió su desaparición para evitar ser relacionado con la muerte de la pareja, cuyos cadáveres, se sospecha, pudieron ser arrojados al mar. Barajan, no obstante, otra alternativa: que se esfumara para no correr la misma suerte que los asesinados, de quienes no se descarta que fueran ejecutados por un ajuste de cuentas. El ciclista ha negado en todo momento su participación en el doble crimen.
Diario "ABC"
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