Concienciar a los ciudadanos y reducir la velocidad de circulación de los turismos dentro del casco urbano, es el principal objetivo del radar de la Dirección General de Tráfico colocado estos días en la capital del Palancia.
El radar, de cuya existencia y colocación han empezado a circular por la red de internet numerosos avisos, será colocado hasta finales de mes en aquellas calles de la población por las que los vehículos suelen circular frecuentemente a mayor velocidad de la permitida.
Así las cosas, el radar pudo verse instalado ayer en el inicio de la avenida España, aunque el mismo también recorrerá durante los próximos días la calle Caridad, Navarro Reverter, Altura, y avenidas Valencia y Sierra Espadán.
La Policía Local será el organismo encargado de llevar a cabo los controles de velocidad, que durante los primeros días informará y después sancionará a todos aquellos conductores que superen la velocidad de 20 y 40 kilómetros, según en que puntos fijada como máxima para circular por la ciudad.
Documentos en regla
Asimismo, durante los controles de velocidad la policía también aprovechará para verificar la documentación de los conductores, controlar el uso del cinturón de seguridad y medir el ruido que emiten los coches.
El exceso de velocidad y ruido de los motores de los coches ha provocado en diversas ocasiones las protestas vecinales de los segorbinos que residen en las citadas vías, que debido a su situación y orografía son utilizadas por algunos conductores como pistas de carreras, lo que resulta sumamente peligroso y molesto especialmente durante los meses de verano en los que se dejan las ventanas abiertas. El alcalde de Segorbe, Rafael Calvo, espera que "la gente se conciencie de que tienen que ir a la velocidad que se les marca y que no tengamos que imponer sanciones por exceso de velocidad, por no llevar el cinturón puesto o por exceso de ruido".
La singular orografía de Segorbe han convertido a la capital del Palancia en un espacio contaminado acústicamente. El peculiar asentamiento de la ciudad, entre los cerros de Sopeña y San Blas, hacen que la población tenga una natural tendencia al impacto sonoro, dado que numerosas calles tienen pendientes considerables y consecuentemente los motores de los vehículos tienen que hacer un esfuerzo superior a lo normal para circular, produciendo así mayores niveles de emisión sonora.
Fuente: Las Provincias de Castellón
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