Los vecinos de la calle del Romano de Segorbe denunciaron a la Policía Local y la Guardia Civil los reiterados actos vandálicos de los que son víctimas. La treintena de personas afectadas se encuentran diariamente las ruedas pinchadas de su vehículos, con el consiguiente sentimiento de impotencia, indignación e indefensión.
El pasado mes de agosto presentaron por escrito sendas alegaciones formales. En ellas, además de reflejar los hechos, los vecinos solicitaban un incremento de la vigilancia policial para evitar que volvieran a pinchar los neumáticos, aunque pasado casi un año "las cosas siguen exactamente igual o peor", según explicó una de las vecinas.
"La verdad es que ya no sabemos a quién recurrir. Se pasan la pelota de unos a otros y ninguno hace nada para ayudarnos. Hemos llegado a proponerles que pongan cámaras de vigilancia , que nosotros pagamos lo que valgan, pero nos responden que no pueden hacer eso", manifestaron los afectados.
El destrozo de neumáticos, según relatan los vecinos, "ya ha estado punto de provocar un accidente, pues el otro día a una vecina de la calle que todos los días baja a Soneja estuvo a punto sufrir uno", relataron. "Cuando iba por la autovía se le reventó una rueda del coche y, menos mal que lo pudo dominar porque no iba a mucha velocidad. Cuando llevo el vehículo al taller para arreglar la rueda le dijeron que había reventado porque la llevaba rajada por varios sitios", señalaron.
La fecha, hora del día y lugar de estacionamiento del vehículo poco tienen que ver para salvar los coches de los vandálicos pinchazos. "Aunque sí que resulta determinante el enclave exacto en el que se aparca el coche, ya que los pinchazos y reventones de ruedas sólo se dan en un pequeño tramo de la longitud total del vial", observaron los vecinos.
Este destrozo de neumáticos se viene repitiendo casi diariamente desde hace dos años y a cada uno de los residentes les ha costado ya unos 600 euros de media. "En lo que va de año hemos llevado a arreglar más de 150 ruedas entre todos. Estamos más que hartos, porque nos tenemos que gastar en esto un dinero que nos hace falta para otras cosas", denunciaron.
El hecho influye considerablemente en la vida laboral y social del vecindario, dado que cuando salen de casa y tienen que coger el coche para llegar a su destino lo primero que tienen que hacer es revisar el estado de los neumáticos.
En la calle del Romano, ubicada en el pleno casco antiguo de la ciudad, está permitido el estacionamiento de vehículos, de forma que del 1 al 15 se puede aparcar en un lado de la calle y del 15 al 30 en el otro.
La falta de soluciones e impotencia de los vecinos también les ha llevado a plantearse la posibilidad de organizar patrullas de vigilancia vecinales, aunque de momento no lo han hecho, debido a que "tenemos miedo de coger a la persona que nos hace esto y al estar tan calientes como estamos nos liemos a pegarle una paliza y luego digan que nosotros somos los malos", explicaron.
Fuente: "Las Provincias de Castellón"
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