Pese a ello, Calvo insistió en que el problema "no debe de ser demasiado grande porque la Policía no ha trasladado ningún parte de incidencias. Desde hace un año en el Ayuntamiento no se ha presentado ninguna denuncia, por lo que me parece muy raro que el problema sea tan grande como se ha publicado, sobre todo porque últimamente yo paso todos los días por esa calle y ningún vecino me ha dado quejas".
Por tanto, Calvo entiende que "alguien está intentado magnificar el asunto, cuando lo que al parecer ocurre es que allí vive un vecino problemático que se lleva mal con otro y los dos tratan de molestarse. Hace cosa de un año tiraron ácido o algo así por la ventana y estropeó un coche al caerle encima. También pincharon la rueda de un coche pero desde entonces no hemos tenido ninguna queja".
La aludida enemistad vecinal no parece limitarse sólo a dos individuos, a juzgar por las declaraciones realizadas ayer por el gerente y propietario de la empresa, Roque Guillén, a la que los residentes de la calle del Romano recurren para reparar las ruedas.
"Desde hace dos años más o menos, los vecinos de la calle del Romano nos traen bastante coches con las ruedas pinchadas. No se trata de algo inusual. Son muchos los casos y el número de vecinos que vienen, aunque hay temporadas cortas que parece que la cosa se para y durante dos o tres semanas no aparece ninguno por aquí", según explicó Guillén.
El responsable de la empresa entiende que "no se trata de un acto vandálico de fin de semana, porque los coches igual los traen un día que otro y las ruedas, más que pinchadas, parece que están rajadas con un pequeño punzón".
El tipo de herramienta utilizada para pinchar o rajar las ruedas poco importa a los vecinos de la calle, que impotentes ven "como destrozan nuestros coches sin que nadie haga nada para ayudarnos. Denunciamos el caso ante la Policía Local y ante la Guardia Civil, pero lo único que han hecho es pasarse la pelota de unos a otros", según se lamentaba ayer una afectada.
Las vecinos denunciaron los hechos formalmente ante la Policía Local el pasado 24 de julio de 2007 y, posteriormente, ante la Guardia Civil el 28 de agosto de ese mismo año, tal y como pudo comprobar ayer LAS PROVINCIAS de Castellón.
Desde entonces hasta ahora las soluciones siguen sin llegar y los vecinos de la calle del Romano cada vez están más indignados y se sienten más desprotegidos. "Ya no sabemos a quién recurrir. Hemos decidido contarlo en la prensa para ver si así hacen algo", añadieron.
"Estamos más que hartos, porque nos tenemos que gastar en esto un dinero que nos hace falta para otras cosas". En la calle del Romano, ubicada en el pleno casco antiguo de la localidad, está permitido el estacionamiento de vehículos en días alternos, de forma que del 1 al 15 se puede aparcar en un lado de la calle y del 15 al 30 en el otro. El suceso ha influido considerablemente en la vida laboral y social del vecindario.
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